28.8.07

Colaboraciones: Minas de hierro de Alquife

En la falda norte de Sierra Nevada, en un pueblo llamado Alquife, reposan los restos de una antigua mina de hierro llamada comúnmente como minas del marquesado. El primer contrato de extracción de mineral es de 1.518. En 1.521 hay un contrato de arrendamiento por seis años, a favor de Juan Tirador con la siguiente cláusula : "que el hierro extraído habría de labrarse a la manera de Vizcaya". Ante la cantidad de mineral que se extraía y, que las herrerías de Xeres no podían consumir en su totalidad, los Marqueses mandaron construir una nueva herrería en Lugros, para atender toda la oferta de la Mina de Alquife. A Lugros, en 1.568 se mandaban desde Alquife cuarenta quintales de hierro. Todos los pueblos del Marquesado del Cenete, tenían obligación de dar jornales para la hacienda de los Marqueses, bien fuera de servicio domestico, agrícola o ganadero, pero los vecinos de Alquife y Jerez quedaban exentos de este tipo de jornales, ya que los de Alquife se dedicaban exclusivamente a la minería y los de Jerez a la fundición. El transporte de mineral extraído lo hacían los vecinos de Alquife a lomos de animal hasta el Barranco de Jerez y su salario se estipulaba por las cargas de mineral llevadas. Desde el siglo XVI hasta el XIX, de una forma o de otra, se ha extraído mineral de estas antiguas y celebres minas de Alquife.

Las minas pasaron a ser explotadas a finales del siglo XIX por una compañía inglesa para luego ceder una parte a una compañía francesa. En aquella época la extracción se hacía por galerías y túneles. Posteriormente la mina fue adquirida por la compañía andaluza de minas, que decidió cambiar la forma de extracción y crear una mina a cielo abierto. Estas minas atrajeron a la zona multitud de trabajadores a los pueblos de la zona (el propio Alquife, La Calahorra, Jerez del Marquesado, etc). De hecho se creó un poblado permanente justo al lado de las minas con casas para los trabajadores y equipada de servicios como colegios, iglesias, etc. La plantilla de la mina era de unas 350 personas, proporcionando empleo directo a mas de 1000 personas. Su producción abasteció hasta a 18 plantas siderúrgicas de 11 países distintos. El mineral extraído se transportaba por ferrocarril hasta Almería, donde era embarcado hasta los destinos finales. Fueron cerradas en el año 1996 dejando las instalaciones y el poblado abandonado... y hasta hoy.

Con motivo de las vacaciones de este verano en el pueblo de mi novia en Jerez del Marquesado, decidimos darnos una vuelta por las minas. El acceso es muy sencillo y las instalaciones bastante segura,aunque como todo lo abandonado, siempre es importante tener cuidado. Ademas como está todo lleno de oxido hay que tener cuidado con no hacerse ninguna herida con nada si no queremos volver a ser vacunados del tétanos....

Para llegar, justo antes de salir del pueblo de Alquife, se gira a la izquierda. Hay una señal nueva como de turismo que indica que por ahí se va a las minas del marquesado. Desde ahí ya se alcanza a ver los inicios del poblado y las montañas de restos de terreno extraídos de la mina. Todo de un característico color rojizo producto del oxido proveniente del hierro extraído de las minas. De hecho, es frecuente recordar por la gente de la zona las nubes rojizas que manchaban sus casas de un polvillo rojo y que el viento desplazaba desde las minas. Nada mas llegar vemos una semana de prohibido el paso y propiedad privada. Sin embargo no hay vigilancia y se puede pasar sin problemas. Las primeras viviendas del poblado minero, las que mejor se conservan, no están abandonadas sino que han sido ocupadas por gente, la mayoría provenientes de sudamérica. Nosotros dejamos el coche al lado de una garita abandonada y nos adentramos por el poblado, pero si vuelvo pasaré el coche hasta unas vías del tren que hay más hacia adentro, al lado de la iglesia. De hecho vimos luego un coche de visita muy metido adentro de las minas, casi al lado del hoyo de donde se extraia el mineral.

De la iglesia solo llegamos a ver el exterior. No llegamos a pasar dentro, pero algunos comentan que dentro se mantiene el altar y listas con los fallecidos por accidente en las minas. Más adelante atravesamos la vía del tren que conectaba las minas con el puerto de Almería, ahora casi cubierta por la maleza y con restos de las maquinas de señalización.




Siguiendo las vías a la izquierda llegamos a las instalaciones mineras, concreta mente a el mecanismos que debía de cargar el hierro en los trenes, pero decidimos adentrarnos cruzando las vías hacia el poblado minero. La imagen del poblado es tétrico. Hileras de casas bajas abiertas y totalmente accesibles en su interior. se ven los corrales de dentro de las casas y aún sobreviven las parras del interior de las casas. Todo como en toda la mina, cubierto de rojo del oxido del hierro. Avanzamos por el poblado y llegamos a otro tipo de viviendas, estas mas grandes. Viviendas individuales y de varios pisos, probablemente pertenecientes a los altos cargos de la mina. Estas son las que están mas cerradas, pero siempre se puede encontrar alguna puerta abierta de algún sótano. La imagen es tétrica, como sacada de alguna película de desastres nucleares o algo así...



Siguiendo el poblado hacia la izquierda se llega al aparcamiento de la mina, consistente en cocheras individuales supongo que para los obreros. Finalmente llegamos a la entrada a las instalaciones mineras, donde un cartel nos hace suponer el gran ruido que hacían dichas instalaciones.




Avanzamos por la derecha y vemos los almacenes, suponemos que de maquinaria y camiones, donde se mantiene un antiguo surtidor, un camión medio destrozado, restos de ruedas como de tractor, etc.




También vemos un cartel curioso donde se intuye que el trabajo en las minas debía de ser bastante duro,...y peligroso...


Siguiendo de frente llegamos, andando un poco más, al lugar de extracción. Un inmenso agujero donde se ven los restos de las rampas por donde bajaban los camiones a cargar. Hoy es un gran embalse fruto de las filtraciones de agua de las capas inferiores de la superficie que antiguamente se bombeaban para facilitar el trabajo de extracción.





Volvemos a las instalaciones de la mina y podemos ver cintas y maquinaria por todos lados. Nos impresiona una zona de motores en donde notábamos que algo debía de funcionar ya que cada 20 segundos es oía un ruido como de un relé, con lo que intuimos que debe de existir corriente eléctrica por algún lado. También vemos generadores, acumuladores de energía ...




Por el camino nos encontramos con un grupo de 4 personas también de visita por la mina, aunque el algunos momentos da la sensación de que puede aparecer cualquier cosa detrás de alguna esquina. Finalmente llegamos a la planta de carga de trenes en las vías del tren y de ahí ya para volver al coche que tuvimos que lavar porque esta totalmente cubierto de polvo rojo, igual que nuestras zapatillas...




Saludos!
Laura y Rubén.